Utilización de historias sociales para ayudar a las personas con autismo en las aulas y otros entornos

El uso de historias sociales es una estrategia que probablemente no sea nueva para los profesores. Sin embargo, no todos los profesores saben que pueden utilizarse para trabajar y enseñar a los individuos con autismo habilidades específicas en torno a las necesidades sociales y de comportamiento. Las intervenciones con historias sociales mejoran la adquisición de habilidades sociales para muchos estudiantes con autismo. Ayudan a los individuos con autismo a comprender mejor los tonos de la comunicación interpersonal para que puedan interactuar de forma eficaz y adecuada.

Veamos qué son las historias sociales y cómo pueden utilizarse con los alumnos con autismo.

Una historia social es un minilibro que describe una situación social y las respuestas sociales adecuadas. Las historias sociales se individualizan para cada alumno y enseñan una respuesta específica deseada. Se utilizan para buscar respuestas a preguntas que un individuo con autismo puede necesitar saber para interactuar con los demás, por ejemplo, respuestas a quién, qué, cuándo, dónde y por qué en situaciones sociales. Las historias sociales también pueden utilizarse para aprender nuevas rutinas, actividades y cómo responder adecuadamente a sentimientos como la ira y la frustración.

Las historias sociales se escriben utilizando cuatro tipos de frases. Las oraciones descriptivas, que proporcionan información sobre el tema, el escenario y la acción; las oraciones directivas, que describen las respuestas conductuales adecuadas; las oraciones de perspectiva, que identifican los posibles sentimientos y reacciones de los demás; y las oraciones de control, que describen las acciones y respuestas de los participantes en la historia. Un ejemplo de frase de control podría ser: un cachorro ladra para llamar la atención de su dueño. O, Ginny gritó para llamar la atención del profesor. Es habitual que las historias sociales tengan de dos a cinco frases descriptivas, de perspectiva o de control en la historia. Para escribir historias sociales para alumnos de bajo nivel de funcionamiento o que tienden a centrarse demasiado en una parte específica de la historia, puede ser necesario suprimir la frase de control.

Cuando se crea una historia social se utilizan 10 pasos: Uno, identificar el comportamiento objetivo en la situación problemática. Dos, definir la conducta objetivo. Tres, recoger datos de referencia sobre la conducta objetivo. Cuatro, escribir una historia social utilizando los tipos de cuatro oraciones. Cinco, presentar de una a tres frases en cada página. Seis, utilizar fotografías y dibujos o iconos. Siete, lea la historia social al alumno y modele el comportamiento deseado para él. Ocho, recoger datos sobre el comportamiento deseado. Nueve, revisar los datos y los procedimientos de la historia social y modificarlos si no son eficaces. Diez, planificar el mantenimiento y la generalización.

Los cuentos sociales se escriben en primera persona o en el punto de vista del niño. También deben estar en tiempo presente y hay que tener en cuenta el nivel de vocabulario y comprensión del niño.

Recuerde que los alumnos con autismo no suelen mantener o generalizar las habilidades que han aprendido. Aunque en última instancia desvanezca el uso de una historia social, planifique actividades para ayudar al alumno a generalizar las habilidades a través del contenido, las personas, el entorno y la situación. Recuerde hacer la transición de la habilidad recién adquirida a las contingencias que se producen de forma natural. Las historias sociales parecen ser un método de intervención prometedor para mejorar el comportamiento social de los individuos con autismo.

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